Colegio Calasanz | «Calasanz ha marcado a fuego a nuestras familias»
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«Calasanz ha marcado a fuego a nuestras familias»

«Calasanz ha marcado a fuego a nuestras familias»

Exestudiantes, desde su doble rol de apoderados, visitaron el colegio para revivir los mejores momentos de su vida

Daniel Palacios Ybarra

Puertas adentro del colegio han ocupado distintas posiciones. En un vistazo de 20 o 25 años atrás recibían clases de Inglés o Educación Física en los espacios que ahora ocupan sus hijos. Por eso el sábado 23 de octubre, en los espacios abiertos de nuestra institución, se reencontraron nuestros estudiantes de años pasados, desde su doble rol de exalumnos y apoderados. El tiempo pasó y seguirá pasando, mientras de generación en generación en sus familias, llevan la marca Calasanz.

Beatriz Yáñez, Carlos Orrego y Sandra Mancilla fueron algunos de los docentes con los que se reencontraron nuestros padres y madres, en un ejercicio que los hizo recordar la mejor época de cabros chicos, donde forjaron los valores base de su vida adulta.

Con la oración de la mañana empezó el encuentro, invocando la presencia del Señor y de San José de Calasanz. Luego vino el momento de jugar. Algo que se creía olvidado para ellos, pero que terminaron disfrutando cuando, dividido en equipos, representaron a los profesores más característicos.

“A esta unidad le hemos dado cristiana sepultura”. “Si unimos esta partícula y la juntamos con esta ora…”. Son frases que levantaron la suspicacia y provocaron la risa de todos, tras adivinar a quienes corresponde: Reinaldo Salas y Aníbal Cortés, profesores que ya no nos acompañan, pero son parte de nuestra historia.

Ser luz

Entre la picardía de cada anécdota la delegada del sostenedor, Beatriz Yáñez, se dirigió a todos para expresar la alegría de recibirlos en el lugar que no solo es su casa, sino también la de sus hijos, desde una mirada integral del colegio como estudiantes y apoderados. “No queremos ser igual que hace 20 años, queremos ser mejores. Por eso les pido que sean en todos los lugares que ocupen como referencia de la formación que recibieron en su colegio y el de sus hijos”, expresó Beatriz.

Gabriela Jorquera, representante del Centro de Familias, también dirigió unas palabras a sus compañeros, algunos con los que compartió entre pasillos en su vida de estudiante. “Este es un espacio de confianza, es un espacio de protección, que ha sido así para nosotros y queremos que siga igual para nuestros hijos. Ayudemos al colegio a seguir siendo luminoso, para ser un aporte real para nuestra sociedad”, destacó.

Pasadas las 11:00 am, los apoderados y exalumnos se dirigieron a la capilla, en un momento de recogimiento y oración. Javier Yerro, sacerdote de esta comunidad, recordó a los escolapios que han hecho lo propio para hacer del Colegio Calasanz una institución de 70 años. «Se trata de padres Felipe Esparza, Adrián Latasa, Miguel Ganuza, José Unanua, Jesús García, José Goyena, Mario Latasa, Javier Pértica, Alfredo Calvo, entre otros», citó Javier.

“Lo más poderoso que tiene Calasanz es que ha marcado a fuego mi familia, siendo el lugar donde estudié y conocí a mi señora, que ya falleció pero nos dejó tres hermosos hijos. Pero también forma parte de nuestro Whatsapp familiar, porque forma parte de todo y nos reúne hoy sentados en su nombre, viéndonos, recordando y agradeciendo todo lo que hemos recibido en este lugar”, expresó nuestro exalumno Marcelo Ocampo para cerrar este genuino encuentro que los cultivó en la oración, la piedad y las letras.

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