21 Jul Julio 21 – Nunca ocurrirá
¿Vale la pena que el sol se eleve del mar / y comience la larga jornada? Mañana volverá el alba cálida con la diáfana luz / y será como ayer y nunca pasará nada.
Cesare Pavese
En la Biblia, el sabio Qohelet exclama: “Lo que fue, eso será, y lo ya se hizo eso se hará; no haya nada nuevo bajo el sol, ¿hay algo de lo que se pueda decir, mira esto es una novedad? También eso ya ha sido a lo largo de los siglos que nos han precedido” (1, 9-10) Y así se siguen repitiendo aquellas convicciones de que la historia sea como un disco pegado que repite siempre la misma nota, un flujo circular de tiempos y momentos (léase su capítulo 3). La misma amarga sensación la repite Pavese en los versos anteriores.
Es la experiencia de muchas personas que cierto, no llegarán-como el escritor piamontés al suicidio, pero cuya vida permanecerá en con la bandera del aburrimiento, en la certeza de que cada día que comienza no lleve en sí ningún germen de novedad, de frescor, de esperanza. Un conocido sabio, Pietro Citati en su libro “Los añicos del mundo” (1978) observaba cómo sobre el rostro de tanta gente” se distingue cada vez más frecuente, una expresión en malhumor y descontento, que desciende como una máscara de tedio para sofocar postras alguna vez elegantes”. Es una situación que golpea incluso a los jóvenes y que los conduce a sobrevivir sin ideales, sin esperas y aspiraciones. Recuperemos toda la capacidad de descubrir las pequeñas novedades de cada día, con la confianza en una gran sorpresa que quizá pueda atravesar de improviso en nuestra vida.
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