12 Jun Junio 12- Vanidad
Lo que hace insoportable la vanidad de los demás, es el hecho de que ofende a la nuestra.
Francois La Rochefoucauld
El cero, no queriendo andar por ahí desnudo, se ha vestido de vanidad.
Víctor Hugo
Un gran repertorio de apuntes temáticos son las Máximas del escritor moralista del siglo XVII La Rochefoucauld, a la que pertenece la frase anterior. Estamos siempre listos para ironizar sobre la vanidad de los demás y lo hacemos teniendo bien desplegada el abanico de nuestro pavoneo. “Yo sí que tendría razón de felicitarme por lo que hago”, es el sutil e inconfesable pensamiento que recorre nuestra mente y nuestro corazón. Mientras cito a La Rochefoucauld y su frase sobre la envidia y el fastidio por la vanidad de los demás, he recordado otra frase.
La he tomado de “Los Miserables” (1862), de Víctor Hugo. Sus palabras son sacrosantas. La vanagloria es el suntuoso hábito de quien es en realidad un cero. Vacío, fatuo, inconsistente y, sin embargo, capaz de hacerse creer sólido, razonable, plácido. Es el retrato de muchos en un tiempo notables por la apariencia, el acicalarse, aunque si “bajo el vestido, nada”, como decía el título de una película. Peor aun cuando la vanidad se convierte en soberbia, altivez, presunción despreciativa, vanagloria arrogante. El fanfarrón puede ser patético, pero el megalómano puede ser peligroso y delirante. Probemos al contrario, de recorrer un poco más estos adjetivos anticuados: modesto, sencillo, humilde, tímido, reservado, moderado.
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