20 Abr Los ojos de una gitana
Abril 20 – Los ojos de una gitana
Comes pan y no te tienes en pie, bebes agua y no pierdes la sed, tocas las cosas y no las sientes al tacto, hueles la flor y el perfume no llega a tu alma. Sin embargo, si el amado está junto a ti, todo, de repente, resurge y la vida te inunda con tal fuerza que retienes el vaso de arcilla de tu existencia, incapaz de sostenerla
Christos Yannaras
Estas dos frases sobre las “Variaciones del Cantar de los Cantares, del teólogo griego ortodoxo Christos Yannaras ilustran nítidamente la forma de amor verdadero. Todo lo que el día anterior no tenía sabor, color, perfume, después de haberse enamorado, se transforma y trasfigura. Es como el horizonte que en un día nublado se parece a una cara gris y que con el sol se transforma en una paleta de colores, reflejando el azul del cielo y el verde de la tierra. Si no se conoce el amor en el sentido pleno y absoluto del término, se puede estar alegre, pero no ser verdaderamente feliz, se puede gozar, pero no se conoce la alegría, se puede hacer, pero no crear.
Es el descubrimiento de una plenitud que el amado te da en forma única, como cantaba Rita Pavone en una canción de los 60´: “Como tú no hay nadie, tú eres el único en el mundo: “Come te non c´e nessuno, tu sei l´unico al mondo”. El amor no es sólo unidad y tensión hacia el infinito.; por eso no se puede tener el amor sino estar en el amor; no es una posesión sino una tensión vital. Yannaras escribía además: “Si sales de tu propio yo, aunque sea por los ojos bellos de una gitana, sabes qué pedir a Dios y porqué correr tras Él”. En todo amor genuino está el ímpetu hacia el Amor infinito, total, absoluto. Y es por esto que el amor es gracia y en la tradición cristiana, la definición de Dios.
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