Colegio Calasanz | Abril, 1 –Las ocas de Estrasburgo
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Abril, 1 –Las ocas de Estrasburgo

Abril, 1 –Las ocas de Estrasburgo

Si la ironía tiene un desarrollo anormal, como el del hígado de las ocas de Strasbrugo, termina por matar al individuo
Sören Kierkegaard

La tradición popular, hoy descolorida del “pez de abril”, nos permite una reflexión sobre la broma, sobre la burla y su pariente más noble que es la ironía. Partamos de nuestra cita del Diario, del filósofo danés Kierkegaard (1813-1855) que nos lleva a la relación con las ocas francesas engordadas con tal alimento que las hace explotar el hígado para obtener el célebre “paté de foie gras”. Cuando se exagera y se pasa de la ironía al sarcasmo, y del éste a la burla turbulenta vulgar, brutal, se pierde la liviandad del juego y se cae en la ordinariedad. Es lo que se nos ofrece en la tv en ciertos programas en que la risa es sustituida por la bufa, el divertimento el por el mal gusto.
Se trata de una ordinariez que después, se difunde en las mismas relaciones entre las personas, relaciones que conocen mucho más la villanía que la burla alegre. Demos un paso adelante y acerquémonos a otra cita, eta vez de la novela Vino y pan de Ignacio Silone (1900-1978): “Dado que lo patético no puede ser expulsado de la vida humana, para hacerlo soportable me parece que sea siempre útil acompañarlo con un poco de ironía”. Como todos los condimentos y las especies, la broma, la sonrisa, el divertimento, la alegría, deben estar presentes para dar gusto y hacer menos insípida y aburrida la vida. Sin embargo, cuidado con excederse o equivocarse en la dosis.

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